POZNAN, Polonia — Poznán, una de las cuatro ciudades polacas donde se disputará la Eurocopa-2012, conocida por sus hooligans, intenta lavar su imagen antes de que empiece el torneo mientras que la UEFA se muestra preocupada por la actitud violenta de sus seguidores.
El debate sobre el hooliganismo en Polonia vuelve a estar de actualidad después de que la final de la Copa de Polonia entre el el Legia Varsovia y el Lech Poznán terminara con los seguidores de ambos equipos invadiendo el campo y la intervención de la fuerzas de la policía.
"El Lech y Legia tienen seguidores fanáticos y cuando se juntan pueden pasar este tipo de cosas. Hay que ver un partido del Lech Poznán para darse cuenta, es muy caliente", reconoció este jueves a la AFP Martin Kallen, director de operaciones de la Unión Europea de Fútbol y responsable de la Eurocopa-2012.
"Tendremos que trabajar con los seguidores, para poner reglas y límites que no se puedan rebasar", añadió el responsable, que se encontraba en Poznán en el marco de un viaje de prensa.
Unos cuarenta periodistas europeos estaban invitados a visitar las instalaciones del estadio del Lech Poznán (40.000 plazas), que acogerá dentro un año tres partidos de la primera fase de la Eurocopa-2012.
"En la UEFA no nos gustan ni los petardos ni las bengalas porque son peligrosos (su uso está sancionado) mientras que a los seguidores de aquí les encantan. Necesitamos trabajar más en la seguridad", reconoció Kallen.
En el lado positivo, los seguidores del equipo local son conocidos por bailar y cantar de espaldas al campo para celebrar las victorias de su equipo, un ritual que también adoptaron los hinchas del Manchester City de la Premier League.
"Nuestros fans son únicos, tienen muchas ideas para convertir el partido en algo vivo pero no sabría decirle si esta manera de actuar tienen algo que ver con su naturaleza profunda", explica el alcalde de la ciudad, Ryszard Grobelny, y asegura que la violencia no es un problema.
"Los seguidores se controlan entre ellos y el estadio es muy seguro, van muchas familias", explica, aunque admite la existencia de un dispositivo especial de seguridad en caso de problemas.
"Estamos preparados para todo, incluso para lo peor", según el alcalde, que llegó a prohibir la entrada al estadio de los seguidores del Legia de Varsovia.
En 2010 varios miembros del grupo Wiara Lecha ("Creemos en el Lech") fueron detenidos por la policía anti-pandillas en una investigación sobre el crimen organizado.