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Ultras y Hooligans

domingo, 8 de abril de 2012

Hinchada del Aucas.

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“Papá Aucas” busca recambio en su hinchada

Aquellos seguidores de antaño de la divisa oro y grana, que en la actualidad constituyen un porcentaje importante, no han abandonado al equipo, a pesar de que jamás lo han visto en posiciones estelares.

Fernando Melo Ruiz

Camino al estadio de Sociedad Deportiva Aucas, FANÁTICO es invitado a participar en una interesante tertulia, con tres personas de la tercera edad, en una de las unidades de transporte masivo de Quito, el trolebús; varios pasajeros adultos, acompañados de niños de corta edad, lucen orgullosamente la camiseta del “Ídolo” capitalino.

Con una chompa color rojo y amarillo, además de una gorra del mismo tono, Efraín, jubilado de 79 años de edad, sube al trole y se acerca a dos contemporáneos que de espaldas departen amigablemente; uno de ellos, Luis, de 81 años, se voltea para verlo y un tanto sorprendido le dice: “A los tiempos que te veo... ¿tú también serás hincha del Aucas?”, y encuentra una respuesta inmediata: “claro, desde que se fundó”, y de inmediato surge una entretenida charla entre ambos.

Estos dos personajes vuelven a encontrarse luego de 7 años y el tema central de su conversación son aspectos relacionados con el “equipo de su vida”. Pregúntale a él (Mario), otro hincha de la tercera edad que se encuentra arrimado a uno de los espaldares de un asiento. Yo le llamo muy temprano para encontrarnos en la parada o en el estadio para ir a los partidos que juega el Aucas aquí, nosotros somos hinchas de corazón”, expresa Luis.

Los tres seguidores del cuadro amarillo-rojo, que no aparentan la edad que tienen, coinciden en que el Aucas debe subir a la serie “B”, porque “otro año en segunda categoría sería fatal.”

Quiteños de nacimiento, estos simpatizantes del elenco “indio” comienzan a recordar tiempos pasados, cuando empleados activos asistían los fines de semana al recordado estadio del Arbolito, en donde degustaban los platos de tortillas con hornado acompañados de una cerveza, en el entretiempo del partido.

También se refieren a sus familias: “¿Como está tu mujer?..., le pregunta Luis a Efraín; está un poco enferma, anda mal con la columna y tengo que dejarle con medicación, contesta. ¿Y la tuya...?, increpa Efraín. También está un poco enferma, responde; mientras Mario escucha y mueve su cabeza. Luego tocan el tema laboral y los viajes que han realizado.

“¿No has ido a Echeandía?... interroga Luis”... no, hace algún tiempo que no, a mí me gustaba ir porque nos trataban muy bien cuando íbamos a vacunar, responde Efraín, quien antes laboraba en la rama de la salud.

Este último no cree que sea un sacrificio ir al estadio de Aucas, porque a pesar de vivir lejos (Calderón), se da tiempo para dejar todo listo en su casa, abandonando la tibieza de las cobijas. Toma un baño, asiste a misa, desayuna y deja todo preparado para que le administren los medicamentos a su cónyuge, luego de eso sí se traslada al estadio de Chilogallo. “Tengo que atravesar toda la ciudad, pero ese es el amor que se le tiene al equipo”, dice.

El trío de hinchas se acogió a los jubilación del IESS hace más de veinte años, aunque no revelan el monto que perciben. La unidad de transporte llega a la parada del Registro Civil (Turubamba) y ahí es en donde los seguidores de la divisa amarillo-rojo que son mayoría en el trole- desembarcan apresuramente. Los tres ciudadanos de nuestro relato también lo hacen y es la oportunidad para preguntarles sus nombres y otros aspectos, mientras caminan juntos rumbo al estadio.

Efraín se anima a atender los requerimientos de FANÁTICO. Confiesa que se hizo hincha del Aucas por la calidad de fútbol que practicaba el equipo “ex-petrolero”, además porque tres o cuatro jugadores del club Gladiador habían pasado a formar filas “orientales”.

“Verle ganador siempre al equipo, de los colores de Pichincha (amarillo y rojo) es algo que llevamos en el corazón, ese detalle es otra cosa que atrae; son sentimientos y cosas que pegan y perduran”. Destaca 3 ó 4 campeonatos nacionales logrados en el campo amateur y que, inclusive, fueron la base de la selección de Pichincha “y por eso soy hincha desde hace 60 años, más o menos”.

Lamenta que sus cinco hijos, que también son hinchas del equipo, no hayan concurrido por otras ocupaciones al partido del sábado 1 de abril ante Clan Juvenil. Se muestra inconforme con la forma en que se ha manejado al club, además “los jugadores que han militado en los últimos años vienen, prometen, pero les falta verdadera entrega”.

Luis y Mario forman fila para comprar boletos a la localidad de general, porque “ahí es donde estamos los hinchas de siempre”, comentan, mientras entran al estadio de Chillogallo. Al final, el partido termina 1-0 a favor del “Ídolo del Pueblo”.

“A la gente de la tercera edad hay que tratarle con mucho cariño, respetar su experiencia y sus canas”, concluye en un breve diálogo.

A pesar de no haber logrado títulos nacionales, los hinchas de la “vieja guardia” así como los de la nueva generación, no apagan su voz de aliento y fincan sus esperanzas de mejores días ahora que el club milita en la Segunda Categoría de la AFNA.

Acompañado por sus dos hijos, Joel y Édgar (12 y 10 años), Édgar Lema, taxista de 38 años, le roba tiempo al tiempo y se da modos para asistir al estadio. Asegura ser hincha “oriental” desde hace más de 30 años, cuando comenzó a ir al estadio (Atahualpa) junto a su padre.

“Es contagioso el cariño que le tiene toda la gente al equipo. A mí me nace ser auquista, a pesar de que el club no nos ha dado cosas grandes en los últimos años, pero el cariño que parte de lo profundo del corazón está ahí porque el Aucas es un equipo del pueblo con el que yo me identifico”, confiesa.

En la actualidad, la hinchada del Aucas es heterogénea, en ella se confunden niños, jóvenes, adultos mayores y los 60 y piquito, destacando la “siembra” que están haciendo padres y abuelos para contar con “savia nueva” que nutra la legión de seguidores de la divisa.

En los últimos encuentros se ha registrado el ingreso de 1.200 niños de manos de sus progenitores, en un promedio de asistencia de 4.000 espectadores, con un porcentaje aproximado de entre el 20 y 25%, que pertenece a la tercera edad.

La gente joven está concentrada en barras como Armagedón, que registra a sus integrantes con edades entre los 20 y más de 30 años.

Lenín Moreno Garcés, vicepresidente de la República, es uno de los hinchas de lujo que tiene el elenco “oriental”, por eso se le consultó sobre la realidad del club.

“Aucas está haciendo su esfuerzo, no olvidemos que es el equipo símbolo en Pichincha y estoy seguro de que va a salir adelante, pero eso ya es responsabilidad de los deportistas, de los directivos”. Precisó que ha conversado con el ministro del Deporte, Francisco Cevallos, “para ver si también damos todo el apoyo a este equipo querido de la capital”.

En cuanto a renovación de la hinchada, sostiene que ésta no se renueva porque “el auquista nace y muere auquista”, además se congratula de la hinchada joven: “habrá mucho más en el momento en que comiencen los éxitos”.