El ex capo de La Doce asegura que policías y políticos hacen plata con las barras. Admite que quiere volver a controlar la hinchada. Dice que la gestión de Macri es muy “difícil de superar” y que todos los dirigentes lo fueron a buscar.
Hay dos reglas de oro que Rafael Di Zeo no transgrede. La primera es no usar camisa y corbata, y será rota a pedido de El Guardián. La segunda premisa no se quiebra ni aunque se lo pida el Papa. “Ni loco me pongo una camiseta de Boca. Le tengo tanto respeto que jamás podría usarla”, explica y profundiza: “Me vas a ver vestido con remeras de entrenamiento, pero con la azul y oro jamás. Es para que la usen los jugadores. Y algunos ni siquiera la merecen”.
La primera vez que Rafa pisó la Bombonera tenía siete años. Diez años más tarde trepó al paraavalanchas por primera vez. La barra en aquella época la manejaba Quique “el Carnicero”. En 1987, con el “Abuelo” José Barritta al frente de La Doce, repelió junto a su hermano Fernando y un grupo de leales una intentona de rebelión dentro de la hinchada de Boca. “En el 88 se casó José, y yo estaba en el casamiento. Por algo será que fui invitado, yo ya estaba metido”, rememora. En 1994, Barritta fue preso por el asesinato de dos hinchas de River. A partir de ese año, Rafael Di Zeo sería el líder de La Doce hasta 2007, cuando le tocó a él purgar una condena por un episodio de violencia contra hinchas de Chacarita en un partido amistoso. En la actualidad el capo de la barra se llama Mauro Martín, quien años atrás era uno de sus laderos. Pero Rafa quiere volver. Por eso convocó a varios de sus antiguos soldados y se ubicó en la tribuna enfrente de La Doce. La Justicia le aplicó el derecho de admisión, pero los medios reflejan que, ante la inminencia de un Boca campeón, habrá una batalla pronta para dirimir liderazgo. El próximo episodio será el domingo 27, cuando el Xeneize viaje a Mendoza para enfrentar a Godoy Cruz. “No tomamos una decisión de si vamos a ir o no –asegura–. La prensa quiere instalar el miedo, porque para la gilada yo podría decirte que vamos a ir y los vamos a matar, pero no es cierto”.
Rafa Di Zeo posó para las fotos en camisa y corbata. Jugó con la cámara. Mostró su anillo de sello con el escudo de Boca y la cadena de oro con el mismo motivo. Tironeó de su corbata y puso “cara de furia” como él mismo graficó. Cada vez que el ex capo de la barra de Boca aparece en público se genera un debate, que es si los medios deben entrevistar o no a esta clase de personajes. Los argumentos más corrientes son que buscan fama y prensa, y que justamente eso es lo que no hay que darles.
–¿Es consciente de que mucha gente va a decir que le estamos dando prensa?
–Sí, ya sé, a esos delincuentes. Lo que pasa es que no te conocen. No me considero ningún delincuente. ¿Por pelearme por defender a mi club? Para mí eso no es ser delincuente.
–¿La exposición le jugó en contra o a favor?
–En algunas cosas en contra y en otras a favor. En contra porque la Justicia no resuelve según lo que dicen los papeles judicialmente; por ahí deciden por lo que dice un medio periodístico. Al salir en la tele o que el periodismo diga que sos el malo de la película te cuesta más.
–¿Y a favor?
–El conocimiento de la gente. Es tremendo cómo la gente se quiere sacar fotos y me saluda. El otro día fui a un casamiento y de las 300 personas, 200 se querían sacar una foto conmigo.
–¿Lo disfruta?
–Lo disfruto porque la gente lo disfruta. Nunca le dije que no a nadie que me pidiera una foto o un autógrafo, aunque me tenga que quedar dos horas.
Elecciones en Boca
El 4 de diciembre habrá elecciones en el club de la Ribera. A dos semanas del sufragio quedaron dos listas, una encabezada por Daniel Angelici (hombre de Mauricio Macri) y otra por Jorge Amor Ameal, actual presidente de la institución. “No estoy definido políticamente. Me gusta lo que sea mejor para Boca”, opina. De Angelici dice: “No es Macri, por más que el hombre tenga todas las intenciones. Por ahí es mejor, pero es difícil superar lo que hizo Mauricio: Macri es insuperable”.
–Habla bien de Macri, pero cuando a él le preguntan por usted dice que no lo conoce.
–Yo tampoco lo conozco. Cada uno habla lo que quiere. Hablo bien porque hizo las cosas bien en mi club. Como persona no lo conozco, hablo como dirigente.
A Ameal lo define como “buen tipo, buena persona”, y señala: “Por ahí no le dejan tomar decisiones personales. Cuando les das decisión a muchas personas, hay algunos que pueden no jugar para tu equipo”.
–¿Lo vinieron a ver?
–Hablé con todos. Hablé cuando cada uno iba por su lado. (José) Beraldi, (Roberto) Digón, (Juan Carlos) Crespi. Los conozco a todos desde hace 30 años, no es de ayer.
Barrabravas
Pasó varias veces. Cada vez que alguien dice la palabra “barrabrava”, Di Zeo lo frena en seco y le explica la etimología del término. Según él, durante la dictadura las barras bravas eran hinchadas. “Nosotros y Chicago cantamos la marcha peronista en plena época militar. Cuando llegó la democracia, no les empezamos a servir más a algunos y ahí empezaron a decirnos ‘barrabravas’. Te meten un mote que no existe. ¿Qué es barrabrava? Nada, no existe. Lo inventaron cuatro genios que creen que saben todo”.
–¿Qué siente cuando escucha que las barras tienen que desaparecer?
–Es todo humo. Si desaparecen las barras, desaparecen todos los sistemas de seguridad. Si es todo amor y paz, como ellos creen que va a ser, tienen que sacar las cámaras, los entes de seguridad deportiva como el Coprosede o el Subsef, tantos policías de la cancha. Todos hablan del negocio de las barras, pero son varios los que hacen negocios a través de las barras, políticos y policías incluidos.
–¿Habla de la policía?
–Hablo de todos. Puestos que tienen que ver con la seguridad y que vienen de la política. El dirigente, porque le sirve, y también algunos que lo niegan, pero la realidad es que sí.
