"Las pruebas de Hillsborough fueron alteradas"
El primer ministro británico revela, según un informe independiente, la manipulación del documento forense.
E.P. - LONDRES Un informe independiente desveló que la policía británica alteró pruebas de la investigación sobre la tragedia de Hillsborough para tratar de culpar a los aficionados de la avalancha humana en la que murieron 96 hinchas del Liverpool en 1989. Tras conocer el contenido del documento, elaborado a partir de datos oficiales desclasificados el pasado año, el primer ministro británico, David Cameron, pidió disculpas ante la Cámara de los Comunes por la "doble injusticia" que han sufrido, a su juicio, los familiares de los fallecidos.
El ´premier´ expresó sus disculpas tanto por los fallos de seguridad que impidieron evitar el desastre como por los intentos de ocultarlos por parte de la policía, que modificó "significativamente" 164 declaraciones y eliminó otras 116 en las que se ponía en cuestión su labor. "La policía alteró las pruebas sobre lo ocurrido y trató de echar la culpa a los aficionados", señaló Cameron, que subrayó otros dos fallos puestos de relieve en el documento: la incapacidad de las autoridades para proteger a los aficionados y el "dudoso" informe forense original.
Cameron desvela corrupción en el informe sobre Hillsborough
El primer ministro comparece en estos momentos en el Parlamento y ha pedido perdón a las familias de las víctimas al tiempo que ha exigido justicia inmediata tras conocerse que la Policía de Sheffield ocultó las negligencias que cometió aquel 15 de abril de 1989. ”Los aficionados no fueron los culpables, pedimos perdón a las familias”, expresó el Primer Ministro
El Parlamento británico sigue discutiendo a estas horas las conclusiones del informe, basado en casi medio millón de documentos. A través de los cuales se ha conocido que la Policía varió o destruyó 116 de las 164 declaraciones de los agentes presentes en el estadio del Sheffield Wednesday, en aquella trágica semifinal de Copa entre Liverpool y Nottingham Forest. El informe concluye que no fueron los aficionados del Liverpool los causantes del desastre.
BEGOÑA ARCELONDRES La policía involucrada en la tragedia del estadio de Hillsborough manipuló testimonios, encubrió su ineptitud y camufló gravísimos errores, en la que fue la peor tragedia del fútbol británico, echando la culpa de lo ocurrido a los que perecieron. Ahora, 23 años después, a las familias de los 96 aficionados del Liverpool, que perdieron la vida en aquella horrenda avalancha, no les basta con las excusas y las declaraciones de perdón.
El trabajo, con 450.000 páginas de documentos inéditos, describe multitud de fallos ocurridos, cuando, a causa de unas obras en la carretera, centenares de espectadores, que llegaban tarde se fueron agolpando a la entrada de una de las puertas exteriores del estadio, junto a la tribuna que les tenían reservada y a las que no podían acceder más que muy lentamente a través de un torniquete. La policía decidió entonces abrir una puerta, dejando que una masa de seguidores penetrara en las gradas prácticamente llenas, donde se produjo la mortal avalancha. El informe señala que 41 personas atrapadas estaban posiblemente aún vivas cuando las autoridades decidieron que no había nada que hacer con ellas. También señala como la policía no dejó pasar una sola ambulancia de las 44 que se desplazaron inmediatamente al lugar.
CAMPAÑA DE DESCRÉDITO / Una vez consumada la tragedia, la policía intentó esconder sus fallos, alterando las declaraciones de 164 testigos y suprimiendo 116 comentarios críticos. Comenzó entonces una campaña de descrédito contra los seguidores del Liverpool, tachándoles de «violentos» y «borrachos». Los agentes se dedicaron a investigar los antecedentes de algunos de los muertos, en busca de trapos sucios.
El diario sensacionalista The Sun, que como ahora se sabe, a raíz del escándalo de las escuchas, ha mantenido siempre estrechas relaciones con la policía, participó de esa campaña de calumnias. El director del diario en aquella época, Kelvin Mackenzie, ha sido uno de los que ha pedido perdón. Y lo mismo han hecho, en el Parlamento, el jefe del Gobierno, el conservador David Cameron, y el líder laborista, Ed Miliband, lamentando que sus respectivos partidos no hubieran apoyado suficientemente la investigación, cuando se hallaban en el Gobierno.