Tras la obtención de la presea en los Juegos Olímpicos de Londres, la afición mexicana salió a festejar en diferentes puntos del país el logro de la selección Sub 23.
Ciudad de México • Bastaron unos minutos, tras la obtención del oro olímpico, para que las principales glorietas en el país se llenaran de aficionados. El primero el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, en donde asistieron miles de personas a celebrar la medalla de la selección mexicana.
Ahí, la marea verde y negra corría de un lado a otro, a veces en círculos al grito de "¡México! ¡México!", mientras otros brincaban y lanzaban desafiantes cantos como "¡y dónde están y dónde están los brasileiros que nos iban a ganar".
"Gracias Oribe (Peralta), eres nuestro héroe, gracias por esta alegría que nos das, por esos dos goles que nos regalaste", gritaba Juan Carlos en medio del estruendo de silbatos, trompeas y matracas que llevaban los aficionados para festejar la medalla de oro en Londres 2012, unos de los mayores triunfos en la historia del balompié.
"Por (el portero) Corona estamos aquí, por esas paradas que hizo", gritaba otro hincha, casi al borde de las lágrimas mientras ondeaba la bandera tricolor mexicana.
La mayoría de los capitalinos, que empezaron a ver el partido a las 9:00 permanecieron en sus casas durante el encuentro y las calles lucían desiertas en la fría mañana.
Las autoridades de la capital han desplegado un importante operativo de seguridad para prevenir posibles disturbios. Por la tarde, había 32 mil aficionados.
La Minerva en Guadalajara también se inundó con aficionados que querían gritar el triunfo olímpico. No siempre se tiene la oportunidad de presumir la camiseta. Fueron cerca de tres mil personas las que se reportaron. En Monterrey se bailó al mismo son, al del triunfo. Miles de fanáticos festejaron por las calles y la Macroplaza. La gente bailó, brincó, gritó y mostró una serie de emociones con varios cánticos.
México lo grita y canta; Brasil lo llora y lamenta. El oro en Londres no llegó para la canarinha que, una vez más, vio irse la gloria en unos Juegos Olímpicos para su futbol.